Mujeres y trans feminidades

(publicado originalmente sin título por Haizea Caballero Ruiz en la sección Artículos de Ciudad de Mujeres)

"El significante de ser mujer como diferenciación de no ser hombre y el de ser hombre es como no ser mujer, es un concepto antropológico de diferenciación entre los sexos o géneros clásicos, aquí vulnera como es lógico la razón del pensamiento construccionista por el cual un sexo biológico o protogénero (entendido como género “asignado” en el momento de nacer en función a una genitalidad), no necesariamente produce la conformidad entre continente y contenido, desde estas posiciones pierden fuerza los postulados androcentristas al ver amenazados sus principios, no de forma circunstancial si no estructural, es decir, el hombre ve en una mujer construida o tecnomujer un individuo conformado fuera de toda norma clásica del binomio H/M, sintiéndose amenazado puesto que este individuo no puede ofrecerle aquello que él piensa que es la principal función de ésta, la reproducción y la retroalimentación heterocentrista y neoliberal de nutrir mercados con varones fuertes y los hogares con hembras fértiles.

Tratan de jerarquizar según opuestos que según ellos se complementan y construyen una categorización fundamentada en la superioridad moral, física, y biológica. En el concreto del sexo - genero ocurre de similar manera, solamente hasta el momento han reconocido dos categorías universales de existencia, es el fundamento del determinismo biologicista. Desde el construccionismo las primeras batallas libradas en el terreno del pensamiento crítico lo libraron las feministas reivindicando la educación, el entorno y las costumbres sociales como definitorias de la construcción del sujeto en individuo- El constructo social impuesto como generador de sexos es un argumento utilizado por el heterocentrismo para definir los dos supuestos únicos géneros, pero por ello dejan la puerta abierta después del análisis del pensamiento crítico a la aparición de constructos ubicados fuera de los postulados biologicistas.

El heteropatriarcado siempre por conveniencia ha tratado estrechamente con el determinismo biologicista, conduciendo la construcción de los sujetos para generar los individuos que ellos desean o necesitan, proyectando una imagen del individuo mejor dicho aun haciendo que cada individuo proyecte una imagen de si descontrolada o fuera de su capacidad de hacerla privada, esto es que la sociedad en la que vivimos prostituye nuestra intimidad y propia construcción psicosocial libre de cualquier interferencia fiscalizada por los patrones heterocentristas y a día de hoy también homocentristas, impidiendo de esta manera obstaculizar, que no conseguir, el libre desarrollo de las identidades emergentes y transitadas que comienzan a desarrollarse públicamente ante una sociedad cada día más aperturista en asuntos de género, permitiéndonos así la posibilidad de hacer, de transmitir a los Mass media, y los círculos de opinión más adelantados un discurso donde nuestra propia metáfora preformativa tenga lugar en esta deconstrucción social que se está llevando a cabo. Incluso el postestructuralismo, que dejó atrás al modernismo, se ve en cierto modo criticado y validado como postulado que evoluciona para dar paso, sin olvidarlo, a una nueva teorización del poder y del lenguaje, a la inversión de las corrientes de los grupos que están ahora abajo y de los que están arriba y de-construyendo sobre él las nuevas teorías que revolucionaran el orden social de los individuos y sus circunstancias sociales que ahora son casi desconocidas.

En un momento dado de la historia se comienza a cuestionar la existencia de más géneros que los establecidos en estos años los colectivos de mujeres transgénero reivindicamos nuestro papel en los estudios relativos al género y en la calle, es decir a nivel teórico y a nivel sociocultural. Demandamos de agentes sociales y administraciones un mejor conocimiento de nuestra realidad, una representación en los foros donde hasta ahora se está decidiendo por nosotras, demandamos una formación que nos ha sido negada por no haber podido tener acceso a la información y el poder poder nuestra condición, reclamamos un futuro mejor para los jóvenes que se tendrán que enfrentar al mismo problema que nosotras, que se cuando se encaren con él, los prejuicios sociales y los restos del heterocentrismo y reciente homocentrismo sean menores o inexistentes.

Vivimos un binarismo actualmente excesivamente excluyente, donde como cito reiteradamente la norma es el heterocentrismo y gracias al progreso y determinadas políticas aperturistas se están proponiendo nuevas categorías personales e identitarias, hasta ahora todos los discurso o casi todos surgen de patrones heterocentrados, donde las nuevas identidades de género comienzan ya no tan tímidamente a adoptar discursos sociales y políticos relativos a su realidad, que es diferenciada y revolucionaria."

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