1. Directivos y educadores deben interiorizarse y conocer la realidad de los adolescentes LGTB. Esto implica tener al alcance bibliografía útil para comprender la diversidad sexual y experiencias educativas en otras partes del mundo en esta temática.
2. Usar las palabras lesbiana, gay, transexual y bisexual de manera positiva en las conversaciones cotidianas y utilizar ambos géneros de pronombres personales (las y los, ellos y ellas, ella o él) y sustantivos en ambos géneros en vez del masculino como representante de la mayoría, toda vez que sea posible.
3. Asumir que no necesariamente todos los alumnos, educadores y directivos son heterosexuales.
4. Aplicar dinámicas grupales para discutir y explorar el confort sobre la sexualidad propia y cualquier prejuicio homofóbico oculto.
5. Identificar y desafiar los estereotipos de la homosexualidad.
6. Crear un ambiente seguro donde los pensamientos y sentimientos se puedan expresar sin la existencia de acoso.
7. Ser consciente de los tremendos obstáculos que enfrentan los adolescentes LGTB: salir del closet, encontrar una pareja, vivir en pareja, discriminación heterosexual, relación con padres o compañeros, visibilidad y apoyo en la casa y la escuela, entre otros.
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