Consejos para un lenguaje inclusivo no sexista

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Existe una manera alternativa de reflexionar, reconocer y utilizar las palabras.Nuestro lenguaje no sólo referencia la realidad concreta que vivimos sino que está cargado de creencias e ideologías que pasan desapercibidas cotidianamente. Lo que decimos no sólo señala lo que vemos y pensamos, también refracta lo que no vemos y no percibimos... lo que tenemos internamente tan arraigado que el hecho de plantearnos repensar el lenguaje incluso nos resulte incómodo y, muchas veces, innecesario.

Sin embargo, existe en cada quien la posibilidad de volver la mirada sobre lo dicho y elegir maneras más inclusivas de referirnos sin crear invisibilización y exclusión. Nos podemos dar la oportunidad de disfrutar la belleza del lenguaje no sexista y de una comunicación más franca.

Muchas personas piensan que no es necesario si no hay mala intención pero las ideologías aprendidas que tanto nos cuesta reconocer no operan desde lo parcial sino desde lo colectivo, generado y sosteniendo modelos de realidad en donde lo femenino queda negado y acallado. La pereza en reconocer la necesidad de una modificación en el lenguaje se corresponde con la insensibilidad o desconocimiento que tenemos a nivel del pensamiento. Es muy subjetivo pensar que algo no es necesario por el sólo hecho de ser atípico. El tema merece un poco de indagación antes de refutar sin comprender. El lenguaje es un lugar de reivindicación. La dignidad humana se reconoce por la resistencia y la transformación del pensamiento.

Algunas aclaraciones útiles:

  • Las terminaciones -a / -o no deben ser erróneamente interpretadas como sexistas (por ej. la palabra PUEBLO)
  • Existen palabras que son neutras, como por ejemplo LIDER.
Lo que se propone evitar es:
  • El artículo masculino (como genérico) o femenino acompañado de un sustantivo de género con referencia personal: LOS POLÍTICOS. Se propone la nominalización objetiva. Se puede hablar de LA CLASE POLÍTICA. Otros ejemplos son: LA CLIENTELA, LA DIRECCIÓN, LAS AMISTADES, EL PERSONAL, LA COMPETENCIA.
  • Uso general de la palabra TODOS con referencia personal. Se puede hablar de TODAS Y TODOS o de TODAS LAS PERSONAS. En ejemplos como TODOS SABEMOS ESTO se puede preferir decir SE SABE ESTO o TODAS LAS PERSONAS SABEMOS ESTO.
  • Uso general de NOSOTROS como en NOSOTROS PROPUSIMOS ESTO. Se puede reformular en PROPUSIMOS ESTO.
  • La mención del masculino antes del femenino en las fórmulas dobles como en  CIUDADANOS Y CIUDADANAS. En dichos casos se prefiera el femenino primero, por ejemplo:  CIUDADANAS Y CIUDADANOS. Para evitar la mención doble se puede nominalizar y hablar de LA CIUDADANÍA.
  • Otras situaciones con el masculino genérico como LOS LECTORES DE ESTE BLOG fácilmente reemplazable con LA/S PERSONA/S QUE o QUIEN/ES LEEN ESTE BLOG. También en expresiones como LE HABLÓ A CADA UNO, se prefiere usar expresiones tales como LE HABLÓ A CADA QUIEN/CUAL/PERSONA.
Otras alternativas requieren la reverbalización, es decir, sustituir los verbos SER y ESTAR por TENER o formas reflexivas. Por ejemplo, ESTAMOS CONTENTOS cambia a TENEMOS ALEGRÍA o ESTAMOS COMPLACIDOS cambia a NOS COMPLACE..

Algunas otras elecciones pueden implicar el uso de "x", "/a", "/o" ó  "@" en lugar de las inflexiones de género con "o" ó "a" en las palabras que admiten esa diferenciación.

Les dejamos algunas citas para seguir pensando (Voloshinov,  El signo ideológico y la filosofía del lenguaje, 1976):


"Un producto ideológico no sólo constituye una parte de una realidad (natural o social) como cualquier cuerpo físico, cualquier instrumento de producción o producto para consumo, sino que también, en contraste con estos otros fenómenos, refleja y refracta otra realidad exterior a él. Todo lo ideológico posee significado: representa, figura o simboliza algo que está fuera de él. En otras palabras, es un signo. Sin signos, no hay ideología."


"Esta cadena ideológica se extiende de conciencia individual a conciencia individual, conectándolas entre sí. Los signos surgen únicamente en el proceso de interacción entre una conciencia individual y otra. Y la misma conciencia individual está llena de signos. La conciencia es conciencia sólo cuando se ha llenado de contenido ideológico (semiótico), y por lo tanto, sólo en el proceso de interacción social."


"Los signos sólo pueden aparecer en territorio interindividual. Es un territorio que no puede llamarse ‘natural’ en la acepción directa del término: los signos no aparecen entre dos miembros cualesquiera de la especie Homo sapiens. Es esencial que los dos individuos estén organizados socialmente, que compongan un grupo (una unidad social): sólo entonces puede tomar forma entre ellos el medio de los signos. La conciencia individual no sólo no puede usarse para explicar nada, sino que, por el contrario, ella misma necesita ser explicada desde el medio natural y social."


"A este papel exclusivo de la palabra como medio de conciencia se debe el hecho de que la palabra funcione como ingrediente esencial que acompaña toda clase de creatividad ideológica. La palabra acompaña y comenta todos y cada uno de los actos ideológicos. El proceso de comprender cualquier fenómeno ideológico (sea un cuadro, una pieza de música, un ritual o un acto de conducta humana) no puede operarse sin la participación del lenguaje interno. Todas las manifestaciones de la creatividad ideológica –todos los otros signos no verbales- están inmersos, suspendidos en los elementos del lenguaje, y no pueden ser totalmente divorciados o segregados de ellos… Esto no quiere decir, por supuesto, que la palabra pueda reemplazar cualquier otro signo ideológico… Afirmarlo conduciría al racionalismo más simplista y trivial…"

4 comentarios:

Vero =) dijo...

Que interesante esta nota... mientras iba leyendo recordaba muchos comentarios, que hasta he hecho yo misma, en los cuales, quizas sin notarlo, podemos causar un mal entendido o discriminacion...
es que en realidad hay tantas formas de discriminar o excluir, que uno muchas veces lo hace de forma inconciente, sobre todo en el habla, donde la gente tiene muchos problemas de expresion.
Estoy muy contenta con la Ley de Matrimonio de personas del mismo sexo y creo que fue un gran avance, pero aun asi, falta mucha informacion... sobre todo en la gente mayor, que son quienes mas rechazo tienen sobre la idea.
Espero que este espacio que han creado le sirva a ucha gente, para pensar distinto, o al menos para informarse un poco.

Javier dijo...

Gracias Vero! Es cierto, a veces excluimos sin darnos cuenta, así opera una ideología más allá de cada quien cuando actuamos mecánicamente, pero si reflexionamos y mejoramos nuestra forma de referirnos, logramos un mundo mejor. Somos lo que decimos y creamos primero con el pensamiento y la palabra y luego con las acciones. ¡Gracias por tu opinión del matrimonio igualitario! Deseamos que este espacio educativo e informativo sirva para todas las personas que puedan nutrirse del mismo. Valoramos tu participación!

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con la intención de reeducarnos y de construirnos una identidad colectiva más incluyente. La pregunta que me hago es si necesariamente cambiando unas costumbre lingüísticas cambiará la conducta de la gente. Que quede claro que no me opongo a la iniciativa: sólo creo que por sí sola no basta.
La historia nos demuestra que a las lenguas las conforma la totalidad de hablantes. El léxico se va conformando a través de los siglos y en procesos más bien inconscientes en los que participa la colectividad. Está bien que nosotros, como parte de esa colectividad, empleemos el lenguaje con la conciencia de no caer en discriminaciones. Pero no podemos pretender, como a veces se pretende, dictar modos de expresión considerados políticamente correctos. Los políticos y los comunicadores, abusando de su omnipresencia mediática, a veces imponen ciertos vocablos que resultan artificiales al habla: tal es el caso, por ejemplo, de eufemismos como "sexoservidora", en vez de prostituta, o de "adultos en plenitud", en vez de ancianos.
En fin, que el debate lingüístico da para mucho.

Javier dijo...

Es verdad rodrigo. Nos cuesta darnos cuenta. Pero operamos para el cambio, sin dudas. Hacemos un uso político inclusivo que va más allá de los eufemismos. Te invito a comenzar a producir lenguaje no sexista y verás pronto qué arduo resulta deshacerse de estructuras y cómo el utilizar nuevas formas de expresión te obliga a pensar la realidad de otra manera. Me ha ocurrido y me ocurre que este proceso de autoeducación me asombra a cada instante sobre la dificultad de visibilizar realidades más allá del masculino genérico. Seguimos pensando...